September 01, 2018
La no despenalización del aborto y los abusos de sacerdotes han hecho que varios católicos se aparten de la Iglesia Católica, incluso, crecieron las solicitudes de apostasía. Frente a ello, hay fieles que buscan una ayuda espiritual en la Iglesia evangélica.
El fin de semana se realizó en Mendoza el Congreso Nacional Bautista. El mismo llevó por lema “El poder del acuerdo” y reunió a decenas de delegaciones que arribaron desde varias provincias.
En momentos en que la Iglesia católica presenta una fuerte crisis institucional, llamó la atención la masiva participación, que dio muestra de que los evangélicos, a diferencia de los católicos, están resurgiendo.
“La tarea que realizamos a diario como Iglesia, muchas veces en forma silenciosa, está teniendo su impacto en la sociedad. Hemos crecido en cuanto a la cantidad de miembros, y eso no es más que una fuerte necesidad de la gente de aferrarse a lo espiritual”, explicó Carlos Pauer, secretario ejecutivo de la Confederación Evangélica Bautista (CEB).
En los últimos meses, la Iglesia se ha vuelto al centro de la tormenta dentro del debate por la despenalización del aborto y los curas han adquirido relevancia por abusar de menores, entre muchos conflictos más.
Frente a ello, se observa un crecimiento exponencial de miembros que se suman a la Iglesia evangélica, no todos procedentes del catolicismo, más bien, son personas agnósticas y ateas.
“La Iglesia evangélica está creciendo como nunca creció años atrás. Lo que hoy observamos es que la gente se acerca porque encuentra en nuestra creencia una fe mucho más personal y relacional…”, dijo Abel Schwab, de la iglesia Alameda.
Respecto del porqué de ese crecimiento, Schwab refirió que muchos llegan en busca de una respuesta a los dolores y heridas que les han causado diversas circunstancias, como abusos, maltrato físico y demás.
“La gente está buscando más a Jesús porque entiende que nosotros, como evangélicos, caminamos del lado del sufrimiento. La realidad que atraviesa la sociedad no nos es ajena, todos los días conversamos con adolescentes que enfrentan un embarazo no deseado, todos los días hablamos con mujeres a las que el aborto se les vendió como solución a sus problemas y no ha sido así y vienen a buscar restauración, y, situaciones como estas le dan un gran crecimiento a la Iglesia”, manifestó Schwab.
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El verbo “arrebatar” en su segunda acepción significa: “llevar tras sí o consigo con fuerza irresistible”. Equivale al vocablo griego harpazo, traducido “arrebatados” en 1 Tesalonicenses 4:17. Ese acontecimiento, descrito en este pasaje y en 1 Corintios 15, es el arrebata miento de la iglesia de la tierra para reunirse con el Señor en el aire. Incluye solo a los fieles seguidores de Cristo.
En los instantes que preceden el arrebatamiento, cuando Cristo esté descendiendo del cielo por su iglesia, ocurrirá la resurrección de "los muertos en Cristo” (1 Tesalonicenses 4:16) Al mismo tiempo que se levanten los muertos en Cristo, los creyentes vivos serán transformados; su cuerpo será revestido de inmortalidad (1 Corintios 15:51,53). Eso ocurrirá en un tiempo muy breve, “en un abrir y cerrar de ojos” (1 Corintios 15:52..
Los creyentes resucitados y los transformados serán arrebatados juntos para reunirse con Cristo en el aire, es decir, en la atmósfera entre la tierra y el cielo. Serán unido con Cristo de manera visible (1 Tesalonicenses 4:16-17). llevados, a la casa del Padre en el cielo (Juan 14;2-3) y unidos con los seres amados que hayan muerto (1 Tesalonicenses 4:13-18).
Serán apartado de todo sufrimiento (2 Corintios 5:2,4), de toda persecución y opresión (Apocalipsis 3:10), de todo el dominio del pecado y de la muerte (1 Corintios 15:51-56); el arrebata miento los libra de la “ira venidera” (1 Tesalonicenses 1:10; 5:9), es decir, de la gran tribulación. La esperanza de que el Salvador pronto vendrá a llevar a los creyentes del mundo para que estén “siempre en el Señor” (1 Tesalonicenses 4:17) es la bendita esperanza de todos los redimidos (Tito 2:13) y una importante fuente de consuelo para los creyentes que sufren (1 Tesalonicenses 4:17-18; 5:10).
La Biblia insiste en una espera continua con anhelo del retorno del Señor. Los creyentes de hoy tienen que estar siempre vigilantes y esperanzados de que venga Cristo a llevarlos consigo (Romanos 3:11; 1 Corintios 7:29; 10:11; 15:51-52; Filipenses 4:5).
La parte de la iglesia profesante que deje de abstenerse del mal y le sea infiel a Cristo será dejada (Mateo 25:1; Lucas 12:45). Permanecerá como parte de la iglesia apóstata (Apocalipsis 17:1) sujeta a la ira de Dios. Después del arrebata miento viene el día del Señor, un tiempo que trae angustia e ira a los impíos (1 Tesalonicenses 5:10; 5:2). Luego seguirá la segunda etapa de la venida de Cristo, cuando venga a destruir a los impíos y reinar en la tierra (Mateo 24:42-44).